Leer con la oposición delante: cómo activar tu estudio desde la primera página
- CENCOPS Preparación de oposiciones
- hace 11 minutos
- 3 Min. de lectura
No basta con leer. Hay que leer como quien se está jugando una plaza.

Hay quienes creen que estudiar empieza cuando se sientan, abren el temario y comienzan a leer. Pero leer no es estudiar. Subrayar no es entender. Y memorizar no siempre significa que puedas aplicar lo aprendido. La diferencia real la marca la forma en que te enfrentas al texto. No es lo mismo pasar páginas que preparar respuestas. Esta es la base de la lectura activa.
Lo importante no es cuánto has leído, sino cuánto puedes aplicar con seguridad el día del examen.
Una oposición no se gana a golpe de páginas recorridas, sino de ideas comprendidas, estructuras detectadas y conceptos interiorizados. El que lee como opositor, lee con intención. Y eso significa que en cada línea se hace preguntas, toma decisiones, anticipa trampas de test y construye esquemas mentales que luego puede transformar en respuestas reales.
¿Qué es lectura activa?
La lectura activa es un proceso de atención sostenida, análisis constante y decisión práctica. No es leer por leer. Es leer para usar. El opositor que aplica esta técnica:
Se hace preguntas mientras avanza
Identifica relaciones y jerarquías entre ideas
Decide qué es esencial y qué es detalle
Se detiene a verificar que ha entendido, no solo pasado por encima
La lectura pasiva, en cambio, es automática, superficial y olvidable. Sirve para sentir que estudias, pero no para recordar cuando importa.
Cómo leer una ley en oposición
Las leyes no se leen como un libro de texto. Se descifran. Cada palabra tiene peso legal, cada estructura puede esconder una pregunta tipo test. Ejemplo:
Ley 4/2015, de Protección de la Seguridad Ciudadana.Artículo 36: Infracciones graves.Frases como “serán consideradas infracciones graves” activan el radar del opositor.
Pautas prácticas:
Subraya artículos y apartados, nunca todo el contenido
Marca verbos clave: serán, podrán, deberán, están obligados
Detecta listas numeradas: suelen convertirse en preguntas de respuesta negativa
Anota al margen notas como “test”, “supuesto” o “pregunta trampa” cuando algo te suene a examen
Cómo subrayar con criterio
Subrayar bien es una de las mejores formas de reducir el volumen sin perder lo esencial. Pero para que funcione, debe seguir reglas claras:
Nunca subrayes en la primera lectura
Usa colores con sentido (estructura, datos, excepciones)
Subraya solo lo que necesitas recordar
Si hay más color que texto, no estás subrayando: estás decorando
Ejemplo:Artículo 20.5 – Infracciones graves:Subraya solo “Permitir el consumo de alcohol a menores” y la sanción correspondiente. Todo lo demás es envoltorio.
Cómo hacer esquemas que sirvan
Un esquema no debe parecer un resumen extendido. Debe ser una herramienta visual que active tu memoria con el mínimo contenido posible. Reglas básicas:
Una página = una idea principal
Mantén el mismo estilo (vertical u horizontal)
Usa flechas para conectar, no para rellenar espacio
Al final, debes poder explicar el tema sin mirar el esquema
Ejemplo útil:Artículo 20 → Tipos de infracciónArtículo 22 → SancionesFlecha entre ambos → Relación directa: infracción → cuantía → órgano competente
Leer con oposición delante significa…
Preguntarte constantemente: ¿de aquí pueden sacar una pregunta?
Parar a pensar si sabes explicarlo con tus palabras
Leer como si tú redactaras el test
Asociar lo que lees con casos reales, noticias o supuestos prácticos
La lectura activa te entrena para pensar como examinador, no solo como estudiante.
Lo que debes evitar
Leer muchas páginas sin retener nada
Subrayar por inercia
Hacer esquemas decorativos en vez de funcionales
Leer con interrupciones constantes o el móvil cerca
No marcar ni una sola información crítica en todo un tema
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