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Leer con la oposición delante: cómo activar tu estudio desde la primera página

No basta con leer. Hay que leer como quien se está jugando una plaza.

Hay quienes creen que estudiar empieza cuando se sientan, abren el temario y comienzan a leer. Pero leer no es estudiar. Subrayar no es entender. Y memorizar no siempre significa que puedas aplicar lo aprendido. La diferencia real la marca la forma en que te enfrentas al texto. No es lo mismo pasar páginas que preparar respuestas. Esta es la base de la lectura activa.

Lo importante no es cuánto has leído, sino cuánto puedes aplicar con seguridad el día del examen.

Una oposición no se gana a golpe de páginas recorridas, sino de ideas comprendidas, estructuras detectadas y conceptos interiorizados. El que lee como opositor, lee con intención. Y eso significa que en cada línea se hace preguntas, toma decisiones, anticipa trampas de test y construye esquemas mentales que luego puede transformar en respuestas reales.


¿Qué es lectura activa?

La lectura activa es un proceso de atención sostenida, análisis constante y decisión práctica. No es leer por leer. Es leer para usar. El opositor que aplica esta técnica:

  • Se hace preguntas mientras avanza

  • Identifica relaciones y jerarquías entre ideas

  • Decide qué es esencial y qué es detalle

  • Se detiene a verificar que ha entendido, no solo pasado por encima

La lectura pasiva, en cambio, es automática, superficial y olvidable. Sirve para sentir que estudias, pero no para recordar cuando importa.


Cómo leer una ley en oposición

Las leyes no se leen como un libro de texto. Se descifran. Cada palabra tiene peso legal, cada estructura puede esconder una pregunta tipo test. Ejemplo:

Ley 4/2015, de Protección de la Seguridad Ciudadana.Artículo 36: Infracciones graves.Frases como “serán consideradas infracciones graves” activan el radar del opositor.

Pautas prácticas:

  • Subraya artículos y apartados, nunca todo el contenido

  • Marca verbos clave: serán, podrán, deberán, están obligados

  • Detecta listas numeradas: suelen convertirse en preguntas de respuesta negativa

  • Anota al margen notas como “test”, “supuesto” o “pregunta trampa” cuando algo te suene a examen


Cómo subrayar con criterio

Subrayar bien es una de las mejores formas de reducir el volumen sin perder lo esencial. Pero para que funcione, debe seguir reglas claras:

  • Nunca subrayes en la primera lectura

  • Usa colores con sentido (estructura, datos, excepciones)

  • Subraya solo lo que necesitas recordar

  • Si hay más color que texto, no estás subrayando: estás decorando

Ejemplo:Artículo 20.5 – Infracciones graves:Subraya solo “Permitir el consumo de alcohol a menores” y la sanción correspondiente. Todo lo demás es envoltorio.


Cómo hacer esquemas que sirvan

Un esquema no debe parecer un resumen extendido. Debe ser una herramienta visual que active tu memoria con el mínimo contenido posible. Reglas básicas:

  • Una página = una idea principal

  • Mantén el mismo estilo (vertical u horizontal)

  • Usa flechas para conectar, no para rellenar espacio

  • Al final, debes poder explicar el tema sin mirar el esquema

Ejemplo útil:Artículo 20 → Tipos de infracciónArtículo 22 → SancionesFlecha entre ambos → Relación directa: infracción → cuantía → órgano competente


Leer con oposición delante significa…

  • Preguntarte constantemente: ¿de aquí pueden sacar una pregunta?

  • Parar a pensar si sabes explicarlo con tus palabras

  • Leer como si tú redactaras el test

  • Asociar lo que lees con casos reales, noticias o supuestos prácticos

La lectura activa te entrena para pensar como examinador, no solo como estudiante.


Lo que debes evitar

  • Leer muchas páginas sin retener nada

  • Subrayar por inercia

  • Hacer esquemas decorativos en vez de funcionales

  • Leer con interrupciones constantes o el móvil cerca

  • No marcar ni una sola información crítica en todo un tema

 
 
 

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