La plaza no es para quien más sueña

Es para quien más resiste el barro.

Todo el mundo empieza soñando con el uniforme. Con la medalla. Con el momento en que escuchas tu nombre y sabes que ya está. Pero ese día no llega porque lo imaginas fuerte. Llega porque te mantienes en pie cuando todo lo demás se cae.

El examen final no se aprueba ese día. Se aprueba cada vez que no te rindes cuando nadie te ve.

La oposición no es épica. Es barro. Es semanas donde todo pesa, donde no hay resultados, donde parece que estudias en vacío. Es hacer un test y fallar más que ayer. Es sentir que no avanzas. Es verte menor que los demás.

Y aun así, seguir.

Esto no te lo dice nadie

Que va a haber días en los que odies estudiar.

• Que vas a envidiar a los que no están opositando.

• Que tu entorno no siempre va a entender por qué no sales, por qué estás tan serio o tan ausente.

• Que dudarás de ti cuando veas que otros avanzan más rápido.

• Que querrás abandonar. No una, sino muchas veces.

Pero la plaza no es para el que no lo duda.

Es para el que lo duda y sigue.

¿Sabes cuándo te acercas de verdad?

• Cuando haces test sin miedo a fallar.

• Cuando corriges tu trabajo sin excusas.

• Cuando estudias sin depender del estado de ánimo.

• Cuando aceptas que esto no es motivación: es método.

Ahí, justo ahí, es donde empiezas a dejar de ser opositor…

Y empiezas a ser opositor profesional.

Esto es CENCOPS

Aquí no se viene a probar suerte.

Aquí se viene a ganar plaza.

Y si no estás dispuesto a tragarte semanas de barro, de duda, de repaso amargo y simulacros malísimos… no estás preparado.

Pero si aguantas ahí…

Si te mantienes firme…

Si sigues entrenando tu mente cada semana como un opositor real…

Te lo digo ya: vas a conseguirlo.