Cómo repasar de verdad para una oposición
- CENCOPS Preparación de oposiciones
- 3 jun
- 3 Min. de lectura
Estudiar no basta. Lo que marca la diferencia es lo que consigues retener cuando ya han pasado los días.

Muchos opositores estudian bien, entienden bien, incluso memorizan bien… pero olvidan a tiempo. No por falta de capacidad, sino por ausencia de sistema. El repaso no es una fase opcional ni un simple repaso visual. Es el verdadero punto de inflexión entre quien se queda cerca y quien consigue plaza. No repasar a tiempo es condenarse a estudiar en falso.
Quien no repasa, solo cree que estudia. Quien repasa mal, se engaña hasta el día del examen.
Un buen repaso no se basa en leer por segunda vez. Se basa en comprobar si lo que estudiaste sigue ahí, si lo puedes recordar, si lo puedes explicar o aplicar. Si no puedes hacer eso, no importa cuánto lo entendiste la primera vez. La información no se consolida sola. El cerebro necesita enfrentarse al olvido para convertir el estudio en conocimiento útil.
El repaso no es repetir
Leer de nuevo no es repasar. Es leer otra vez. El repaso eficaz implica recuperar activamente la información. Es un acto de comprobación, no de acumulación. Si lees y recuerdas, bien. Pero si lees y no sabías que lo habías olvidado, ahí está el fallo. El repaso es la prueba de que tu memoria está lista para el examen.
Cuándo empieza el verdadero repaso
El error más común es creer que se repasa cuando se ha terminado de estudiar todo. Nada más lejos. El repaso empieza el mismo día en que estudias un tema por primera vez. Dejar pasar semanas sin volver a ver un tema es condenarlo al olvido. Y cada tema que olvidas es un tema que tendrás que reestudiar más adelante desde cero.
Cómo funciona un sistema de repaso eficaz
Todo repaso serio combina dos pilares:
Ciclos de repaso programados que garantizan que la información vuelva en el momento adecuado
Revisión activa a través de test, esquemas o recuperación escrita que obliga al cerebro a sacar la información sin apoyo
Uno da estructura. El otro da profundidad.
Modelo básico de ciclos de repaso
Este patrón puedes aplicarlo a cualquier tema:
Día 0: estudio intensivo (lectura activa + subrayado)
Día 1: primer repaso breve (revisión + test corto)
Día 3 o 4: segundo repaso (lectura del subrayado + esquema o test)
Día 7 u 8: test acumulado (ese tema + anteriores)
Día 15: resumen escrito de memoria
Día 30: test de recuperación sin repasar antes
La curva es progresiva. Menos tiempo, más exigencia. Así se entrena la recuperación, no la lectura.
Qué hacer en cada tipo de repaso
No todos los repasos deben hacerse igual. Aquí tienes algunas opciones:
Leer solo lo subrayado y repetirlo en voz alta
Hacer test cortos y revisar los fallos con detalle
Escribir desde memoria las ideas clave del tema
Explicar el tema como si se lo enseñaras a alguien más
Grabar un audio explicando lo que recuerdas sin apuntes
Cuanto más esfuerzo cognitivo implica el repaso, más eficaz es.
El uso del test como herramienta de repaso
El test no es solo para evaluarte. Es una forma brutal de entrenar el recuerdo. Algunos usos útiles:
Antes del repaso: detectas qué queda y qué no
Después del repaso: fijas lo recuperado
Con ley en mano: corriges fallos y entiendes por qué se producen
Haz test cortos, frecuentes y analizados. No uses los resultados como nota. Úsalos como brújula.
Errores frecuentes al repasar
Repetir solo lo fácil
No tener un sistema con fechas fijas
Hacer test sin corregirlos en profundidad
Llamar repaso a subrayar otra vez
Dejar los temas antiguos para “cuando tenga tiempo”
Usar el repaso para postergar lo nuevo
Cada uno de estos errores te aleja de la plaza sin que te des cuenta.
Cómo saber si tu repaso está funcionando
Las señales son claras:
Haces test de recuperación y aciertas sin haber repasado antes
Puedes explicar el tema sin mirar
Identificas trampas de test con rapidez
Cada repaso es más breve, pero más útil
Si nada de eso ocurre, es probable que solo estés releyendo. Y releer en bucle no es estudiar. Es gastar tiempo sin retorno.
Comments